No hace falta cruzar el océano para disfrutar del sabor isleño de la cocina del Caribe. Muchos de sus ingredientes son fáciles de conseguir en el mercado y su secreto radica en dos aspectos: los condimentos y en la marinación, la comida y bebida es parte integral de la vida caribeña. Cabra con ‘curry’ en Jamaica, carne con crema de maíz y galletas en Barbados, ron y ‘roti’ en Trinidad, pero eso no para ahí.
Para poder entender la cocina caribeña, una sinopsis de su historia es necesaria. Los ‘Amerindios’ (asentados en las islas mucho tiempo antes de la colonización) contribuyeron con el casabe, la batata (papa dulce), maíz, frijoles, picantes, guayaba, papaya y piñas. Curaban los alimentos con pimienta y ajíes, lo que se convierte en el precursor del BBQ (que no es por cierto una invención de los Estados Unidos).Con la llegada de Colón allá por el 1492, y que continuó en siglos posteriores, la cocina caribeña cuando llegó colón estaba formada fundamentalmente por lo que se pescaba y lo que se cazaba, amenizado por lo que se recogía del campo en la mayor parte de las miles de islas del Caribe, entonces comenzaron a llegar asiáticos, orientales, africanos y europeos a poblar estas tierras, y se comenzaron a preparar platos fusionados, platos que se fusionaron con la cocina local y dieron como resultado una cocina donde abundan los picantes, las frutas, los pescados frescos y las verduras frescas. Las frutas, ni que decir tiene que destacan ante todo las tropicales, como la guayaba, el mango o las bananas y las yucas.
El alimento juega un papel central en vida de familia y tradiciones en las islas. Los cocineros pasan los días que preparando las ofertas del menú para los días de fiesta, los festivales, y las reuniones especiales de la familia. La cocina del Caribe es como un edredón cultural del remiendo. Cada “remiendo” o plato representa la generosidad abundante de la vegetación tropical de las islas, combinada con uno o más grupos de los diversos grupos de personas que viven allí, incluyendo el Caribeño original y el indio Arawak, seguidos por los colonos españoles, británicos, franceses, y holandeses. Seguidos por los colonos indios y chinos, así como viajeros de los Estados Unidos, una de las recetas más antiguas es la sopa de caracol marino, una mezcla de leche de coco, cilantro fresco, pimienta, yuca y caracol marino. Es un plato típico de la cocina hondureña, fusión de la gastronomía criolla con la garífuna. Esta última se caracteriza porque mezcla los frutos del Caribe coco, banana con los de mar caracol, langosta, cangrejo y el uso de especias.
Se pone al fuego una olla con leche de coco, algo de agua, cilantro fresco, pimienta negra y un poco de caldo concentrado y, sin parar de remover, se deja hervir a fuego medio. A continuación se añade abundante yuca cortada en trozos pequeños y se continúa removiendo. Unos veinte minutos antes de que termine la cocción, se incorpora el caracol cortado en pequeños trozos. Es costumbre acompañar esta sopa con una guarnición de arroz blanco y unas tortitas de maíz.
Como entrante también puedes preparar unas brochetas de camarones con salsa de leche de coco y curry. Pelas los camarones (puedes elegir langostinos, si prefieres), los marinas en jugo de limón con sal y ajo machacado. Cuando estén listos, los sacas, escurres y ensartas en palitos largos de bambú, para sofreírlos a la plancha unos siete minutos por cada lado. Para elaborar la salsa de leche que los acompaña, picas en cuadritos unos tomates maduros, cebolla y unas hojas de cilantro. Los pones a “sudar” en una sartén con aceite y, a continuación, les añades sal, leche de coco y curry en polvo. Al servir las brochetas, cubre cada una con un poco de esta salsa.
Pollo con coco y mango
Para poder entender la cocina caribeña, una sinopsis de su historia es necesaria. Los ‘Amerindios’ (asentados en las islas mucho tiempo antes de la colonización) contribuyeron con el casabe, la batata (papa dulce), maíz, frijoles, picantes, guayaba, papaya y piñas. Curaban los alimentos con pimienta y ajíes, lo que se convierte en el precursor del BBQ (que no es por cierto una invención de los Estados Unidos).Con la llegada de Colón allá por el 1492, y que continuó en siglos posteriores, la cocina caribeña cuando llegó colón estaba formada fundamentalmente por lo que se pescaba y lo que se cazaba, amenizado por lo que se recogía del campo en la mayor parte de las miles de islas del Caribe, entonces comenzaron a llegar asiáticos, orientales, africanos y europeos a poblar estas tierras, y se comenzaron a preparar platos fusionados, platos que se fusionaron con la cocina local y dieron como resultado una cocina donde abundan los picantes, las frutas, los pescados frescos y las verduras frescas. Las frutas, ni que decir tiene que destacan ante todo las tropicales, como la guayaba, el mango o las bananas y las yucas.
El alimento juega un papel central en vida de familia y tradiciones en las islas. Los cocineros pasan los días que preparando las ofertas del menú para los días de fiesta, los festivales, y las reuniones especiales de la familia. La cocina del Caribe es como un edredón cultural del remiendo. Cada “remiendo” o plato representa la generosidad abundante de la vegetación tropical de las islas, combinada con uno o más grupos de los diversos grupos de personas que viven allí, incluyendo el Caribeño original y el indio Arawak, seguidos por los colonos españoles, británicos, franceses, y holandeses. Seguidos por los colonos indios y chinos, así como viajeros de los Estados Unidos, una de las recetas más antiguas es la sopa de caracol marino, una mezcla de leche de coco, cilantro fresco, pimienta, yuca y caracol marino. Es un plato típico de la cocina hondureña, fusión de la gastronomía criolla con la garífuna. Esta última se caracteriza porque mezcla los frutos del Caribe coco, banana con los de mar caracol, langosta, cangrejo y el uso de especias.
Se pone al fuego una olla con leche de coco, algo de agua, cilantro fresco, pimienta negra y un poco de caldo concentrado y, sin parar de remover, se deja hervir a fuego medio. A continuación se añade abundante yuca cortada en trozos pequeños y se continúa removiendo. Unos veinte minutos antes de que termine la cocción, se incorpora el caracol cortado en pequeños trozos. Es costumbre acompañar esta sopa con una guarnición de arroz blanco y unas tortitas de maíz.
Como entrante también puedes preparar unas brochetas de camarones con salsa de leche de coco y curry. Pelas los camarones (puedes elegir langostinos, si prefieres), los marinas en jugo de limón con sal y ajo machacado. Cuando estén listos, los sacas, escurres y ensartas en palitos largos de bambú, para sofreírlos a la plancha unos siete minutos por cada lado. Para elaborar la salsa de leche que los acompaña, picas en cuadritos unos tomates maduros, cebolla y unas hojas de cilantro. Los pones a “sudar” en una sartén con aceite y, a continuación, les añades sal, leche de coco y curry en polvo. Al servir las brochetas, cubre cada una con un poco de esta salsa.
Pollo con coco y mango
4pechugas de pollo deshuesadas y cortadas en cubos de 2 cm. cada uno.
2 cebollas cortadas en trozos.
1 paquete de cebollín picado.
2 pimentones rojos cortados en cuadritos.
3 mangos.
1 ½ tazas de leche de coco.
1 taza de coco rallado (puede ser del bagazo que nos queda al prepara la leche del coco).
Sal al gusto.
Aceite.
Preparación Cortar el pollo en cubos. Sofreír en una sartén las cebollas, lo cebollines y el pimentón rojo picado. Dorar el pollo en otra sartén con un poco de aceite. Unir el pollo y el sofrito anterior. Agregar la leche de coco. Agregar sal al gusto. Calentar al momento de servir. Agregar el mango picado en cuadritos y el coco rallado. Servir con arroz amarillo.
Mochileros Gastronómicos
Valera Estado Trujillo - Venezuela
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